Oda...
Esta oda es un himno
a ti: que has sido y eres mi amigo.
Lo cual no es poco,
por poco que puedas estar en mi camino.
Amigo de vida y de gran estima;
amiga, que llenas
el sentido de esta rima:
Podríamos sellarlo con vino;
pero no vengo por vino
porque el vino no venga
lo que hiciste conmigo.
Existen muchas canciones
para recordar al amigo
en el momento que se va;
pero ese no es mi estilo:
acordarse de quien se ha ido
cuando ya no está.
Por eso te digo
que me alegro de estar contigo,
de haberte conocido;
y de que podamos quedar,
si quieres para charlar un ratito,
a cualquier hora y en cualquier lugar;
y si no, para tapear un chatito,
aunque ninguno tengamos apetito.
Siempre estamos cumplidos y en paz.
Porque todo lo que pueda
no me lo has de pedir
que yo te lo vendré a dar.
Y no creas que lo hago por recibir,
que es por verdadera amistad.
Y con esto termina mi oda,
para que el que la escuche la disfrute,
y el que no le guste,... ¡que se ‘oda!
