A vosotros, hombres de hierro.
Cuerpos de seguridad de un Estado
sin alma, Fuerzas de acero.
¿Hasta cuando vais a ser peones
de quien os manda callar al pueblo?
Escuderos de la represión
de cualquier desgobierno.
Decidle a vuestros mandos
que aquí ya no hay miedo;
que habéis encontrado una plaza
cargada de vergüenza
por vuestros compañeros.
Que ofrecimos resistencia:
(contra vuestras armas,
la de nuestras almas)
y nuestros sueños
contra vuestro cuerpo.
Y contadles como todo terminó.
Que ganaron los buenos:
contra los chalecos negros.
Y que os leímos vuestros derechos
Tenéis derecho a no atentar
contra los nuestros.
Tenéis derecho a guardar
un minuto de silencio
por las víctimas de este pueblo.
Y ahora sí,
manos arriba siempre,
me declaro culpable
de lo que he hecho.
Contra vuestra violencia
nuestra resistencia.
Contra vuestra limpieza
nuestra convivencia.
Sólo os pido una cosa más,
que si mañana os mandaran
limpiar esta plaza de mierda
toméis nuestras escobas
y empecéis por el Ayuntamiento.