Allá tú

Allá tú y tus besos,
que nunca me he creído.
Allá tú, con tus manías;
con tus bragas calientes
y tus manos siempre frías;
hay cosas, que aunque me las dieses,
nunca fueron mías.

Allá tú con tus bolsos de charol;
con tus rejas de terciopelo
y tu cara de Christian Dior.
Adios, a tus pechos de bronce,
a tus alturas sin tacón.
Adios a mis desilusiones
con tus “te quiero” de farol.
Allá tú y tus indecisiones...

Alla tú…
y aquí yo.

(Felices años)

Las matemáticas fallan

Quisiera aprender a sumar,
y casi siempre divido.
Aprender a multiplicar
tu no por mi sí,
pero nunca lo consigo.

...Restar tu raíz de mi mitad,
y hallar el resto perdido.
Pero cada vez que vuelvo a soñar
se me olvida lo que he aprendido.

Quiero contar hasta diez,
y no cuento ni dos...
Quisiera contar hasta dos,
y no llego contigo...
Quisiera contar con tu voz;
pero hasta el silencio repite
que te has ido.

Tarde de lluvia

Hoy he necesitado
esa mano tuya,
sujetando fuerte
mis pasos bajo la lluvia.

Hoy he necesitado
tu compañia.
Cobijado bajo tu paraguas,
seguro en mi tarde oscura.

Es lo que tiene
este otoño:
que no cura.

Es lo que viene
en el invierno
que nos augura.

Trust in me

Extraigo estos párrafos de una próxima novela; tejidos con la banda sonora de una tremenda Etta James cantando "trust in me"; todo un himno que marcó al protagonista del libro, y que ahora dedico a quienes pasen esas rachas de bajón, que pasan (si tienes fe en ti).

Me gustaría que escucharas el tema comprendiendo la letra, (si no te va mucho el inglés búscate una traducida). Tiene todos los ingredientes para cocer abrazos.

http://www.youtube.com/watch?v=0TU26HlOgfU

...Echado sobre la barandilla, mirando fijamente las oscuras aguas de la corriente. Escupiendo sobre ellas como quien necesitase desprenderse de su mala suerte y de su victimismo; buscando en la brisa el nuevo aliento para continuar un camino errante sin destino. En mi cabeza aún se atropellaban las palabras del último consejo de Felis “trust yourself” contra la letra de aquella canción en inglés que por primera vez había sido capaz de asimilar en castellano...

... El dulce piano, y la potente voz de Etta cantándome “confía en mí, en todo lo que hagas. Ten la fe que yo tengo en ti… vuelve a mí cuando las cosas vayan mal”. Y ahora las cosas volvían a ir mal. Quizá desde mi cabeza estuviese cantando aquella letra para aquella mujer que en un momento dejó de creer en mí, con todos sus motivos, cuando las cosas cambiaron a peor. Era una rasgada exhalación del grito de aquella canción pidiendo confianza en los momentos más duros “¿por qué no vienes a mí cuando las cosas van mal? Agárrate a mí y seré fuerte. Podemos continuar adelante, pero solo si tú confías en mí.”. Aquella canción siempre me acompañaría como un rezó a la confianza, y como una plegaría desde mi deriva dirigida hacia aquel puente que unía las orillas distantes con la fuerza de dos manos de acero entrelazadas por la confianza.

Se me olvidó

Ya se me olvidó la última vez que te besé;

y hasta el lugar donde fue.

Se me olvidó hasta tu perfume,

las caricias de tu piel.

Se me olvidó el último "adios"

y el sabor de mis lloros...

pero aún recordaré

la primera vez que dijiste "amor",

la primera vez que dijiste "nosotros".

Nada fue

Ya nada me recuerda nada.

Y al fin, me pregunto si hubo algo.

Fue un paréntesis en el tiempo.

Un viaje sin recuerdos.

Si alguien lo vivió,

que lo dé por muerto.

Si alguien lo creyó,

decidle que fue un cuento.

Que no hubo final feliz;

que ella también se fue,

y aún no ha vuelto.

Una vez más...

Una vez más,

caigo en la trampa de tus besos;

aquellos que se van,

y los míos, que no fueron.

Y, una vez más,

me quedo con lo puesto;

mis ganas de amar,

y un traje de sueños

que no llegué a estrenar

ni en tus ojos,

ni en mi cuerpo.

No me arrepiento de nada

Hoy vuelvo a escuchar a mi admirada Edith Piaf interpretando este precioso tema compuesto cuando ella tenía justamente mi edad. Quizá, si no fuese por el inescrutable salto en el tiempo del destino, podría pensar que Michel Vaucaire lo hubiese compuesto para mí.

No, no me arrepiento de nada.

Ni del bien que me han hecho, ni del mal.

Todo eso me da lo mismo.

No, no me arrepiento de nada.

Está pagado, barrido, olvidado.

Me da lo mismo el pasado;
con mis recuerdos

yo prendí el fuego,

mis tristezas, mis placeres;

ya no tengo necesidad de ellos.

Barridos mis amores

con sus trémolos;

barridos para siempre,

vuelvo a partir de cero.

No, no me arrepiento de nada;

ni del bien que me han hecho, ni del mal.

Todo eso me da lo mismo.

No, no me arrepiento de nada,

pues mi vida,

mis alegrías,

hoy comienzan contigo…

Y ahora...

Y ahora que ya no existo,
supongo que me dará por muerto
todo el estiercol que alimentó esta nueva vida,
La que vive del aire, asciende con el humo,
y levita sobre sus cabezas.

Supongo que habrá fiesta
en una casa que no huele a hogar;
que encenderán velas, pero no la que un día apagaron.
Supongo que se bañarán en la piscina,
pero no lavarán su culpa.

Brindad copa a copa, por los que os la quedais,
bebed sorbo a sorbo, que el último será el más amargo.
Lo sirve la casa y pago yo.

Sí, viví

Probablemente,

hoy tuvieses razón cuando dijiste que viví de ti.
De tus besos,
de tus caricias,
de tu amor,
de tu cuerpo siempre limpio,...

Sí, reconozco que viví de ti.

Casa no hace hogar, ni sueño realidad.

Volvemos a contarnos nuestros propios cuentos; que son los únicos que nos creemos; los que nos creamos con la única intención de vivirlos si alcanzamos el objetivo del sueño más profundo. En ellos nos convertimos en sultanes o princesas, pero nunca en satanes ni en bellacas. Son parte del engaño a que sometemos a la razón para borrar lo que no se nos dio. O aquello que dejamos escapar por culpa de una mala borrachera de pasión, o de un mal sueño de amor.

Pero de qué sirve dibujar la vida de cuento, si los cuentos, cuentos son. De qué nos sirve escapar de la vida en un sueño, si los sueños, sueños son. O acaso no fue real el daño y el dolor por el sentimiento y el desamor. ¡A ver si al final todos vamos a ser sultanes o princesas…!
No, perdona; pero no te permito que interpretes mis sueños, ni juzgues mis cuentos. ¿Acaso lo hago yo con los tuyos?. Aquellos de niña feliz en casa de cuento de hadas; de boda de princesa con príncipe azul… No sólo no los juzgo, si no que te perdono por no haber sabido escoger al protagonista.
Sólo un quijote enamorado vería castillos y reinas en sus elucubraciones. Y como casa no hace hogar, ni sueño hace realidad; ahora que me has despertado, compruebo que lo que fueron castillos, ahora son ventas; y donde un día vi una reina ahora sólo veo a una aldeana.

Perdón por este despertar, pero al despertador se le olvidó besarme.

Quisiera haber nacido de tu vientre,

haber vivido alguna vez dentro de ti,

desde que te conozco soy más huérfano.

¡Oh! gruta tierna,

rojo edén caluroso.

Qué alegría haber sido esa ceguera!

Quisiera que tu carne se acordara

de haberme aprisionado,

que cuando me miraras

algo se te encogiese en las entrañas,

que sintieras orgullo al recordar

la generosidad sin par con que tu carne

desanudaste para hacerme libre.

Por ti he empezado a descifrar

los signos de la vida,

de ti quisiera haberla recibido.

.

La semana sin ti (de Tomás Segovia)

Todo muere

Todo muere…
También los soles y las lunas.
Todos los días, en una noche.
Todas las noches, en un aura breve.
La misma vida, en una mala suerte.
Todo muere…
Por qué no también el amor,
si no se quiere,
por no usarlo, se muere.
Lentamente; casi sin quererlo.
Pero, sin desearlo, también se muere.
A veces, mirándonos de cerca;
riéndose en nuestra cara
por no habernos cegado,
y, en cambio, no verle.
También mi amor se muere…
por no tener la suerte
de conocerte.

Pasarán

Podrán pasar cien lunas
sobre mi cuerpo;
más de mil soles por el tuyo.
Pero antes limpiará el viento
la arena del desierto,
que el tiempo la llaga
del recuerdo.

Murieron

Murieron los bebés,
los miedos,
tu cariño,
mi sueño…
la vida;
…la vida.

Los bebés no nacieron.
Los miedos se fueron.
El sueño volverá.
La vida pasa,
nunca muere.
…Siempre.

(con tu permiso. También yo lo sentí)

La delgada línea

Cada día lo hacemos nuestro, con todos sus instantes, esencias de vida, resumidos en besos.
Nos miramos por fuera y revivimos por dentro. En tantos sentimientos contenidos, que brotan como la vez primera. Como si hubiesen esperado hasta conocernos, guardados entre hielos del pasado para fundirse como nuestros cuerpos.
Aún guardas en el fondo de tu armario, las mejores prendas de tu alma, aquellas que otra vida te manchó y hoy tardas en lucir para mí. Curioseé en tus ojos y te vi con ellas puestas el domingo, quizá te ajustasen un poco por lo que creció tu corazón. Dices, que por el cariño que le doy, que mi amor engorda y tú…; tú aún guardas la línea.

Esa línea que separa dos vidas paralelas de la felicidad, la que trazas entre el sueño y nuestro paraíso.

Tiempo

Siempre el tiempo furtivo,

cruel ejecutor de instantes,

fiel guardian del destino.

Tan pronto te haces tarde,

como tardas en el dolor

de quien lucha contigo.

Vivir sin verte

Dime, acaso,

si dejé de venir a verte en tus sueños.

En el paseo de aquel parque;

durante el silencio de nuestra puesta de sol;

en el frío de aquella tarde.

Dime, acaso,

si no vengo a verte,

entre fotos escondidas

y cartas sin remitente.

Sobre nuestras gotas fundidas

en los cristales empañados

de una tarde de Septiembre.

Dime, si no vengo verte

cada noche en tus sueños

y beso tu frente.

Si no sigo vivo

entre el olvido y el presente;

entre el polvo del retiro

y el eco de tu mente.

Dime si sigo vivo

entre tu vida y mi muerte.

ES TIEMPO DE AMOR (it's time to love)

Es tiempo de amor…
cuando busco tu olor
en los escondrijos de tu cuello
rezumando primavera
entre mis inviernos.

Es tiempo de amor…
cuando la lluvia devuelve
tus recuerdo en mi cara,
empapando mi cuerpo,
calándome el alma.

Es tiempo de amor…
cuando te das sin llevar la cuenta
y dueles sin que te conozca;
cuando resto hasta tu vuelta.
y desespero si no llamas.

Es tiempo de amor…
cuando llegas sin esperarte,
y te espero y no llegas;
y llegas para marcharte,
manchándome de amor.

Es tiempo de amor…
cuando importan las pequeñas cosas
que nunca tuvieron mi atención,
cuando vuelven las mariposas
sin importarles la estación.

Es tiempo de amor
cuando te observo sin que digas nada,
entretenido con tus labios,
alcanzando el cielo de tu boca.
Es tiempo de amor
cuando desnudamos los sueños
y vestimos los miedos de ilusión.

XXXIII

Un último "te quiero" con destiempo.
El abrazo de un olvido por destino.
Los "no quiero" de un destierro
que crece entre dos caminos.
Los dulces de un amor apetecido
bajo el amargor de besos sin sentido.

¿Puede llamarse a esto vivir...?
resucitarte en cada latido
que me duele sentir.

Amor y dolor

Sin dolor, sigo pensando, no existiría el amor.
Pues sólo cuando el amor es sentido
se siente el dolor de su falta.

¡Cuántos amores pasan sin pasión...!
Como un río manso,
sin quebranto de su curso
por valles ni montañas;
sin afluencia de otras aguas,
ni torbellinos en su corriente.
Como un cauce de artificio
que mantiene su flujo
y conserva sus constantes.

Qué pocos amores matan...!
Como el nuestro, bravo y desbocado
que estrella nuestras aguas.