miércoles, 3 de octubre de 2007

XII

En qué parte de mi cuerpo resides,
que eres dueña de todo...
de cada gesto,
cada canto,
cada lloro.

En qué pensamiento vives
que prende mi pasión
hasta volverme loco.

Dime, amor, si resides
en los pasos de mi vida,
paseos de tu sombra.
Dime, amor, dónde resides.
Que acabe esta deriva
entre tu boca y mi boca.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Querer tu viento

Si querer es el sangrar
que brota de mis celos,
y el sabor a sal
saliva de tus besos.
Dejadme brotar
hasta el jugo de mis huesos,
que sus labios sanarán
los cuajos de mis miedos.
Si atender al viento
del tiempo
es llamar la llama
del recuerdo...
Déjamelo coger
y prender mi cuerpo,
que nada es fin
sino querer tu viento.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Tu latir

Sobre mí,
tú, cúpula celestial,
sudándome fuego.
Tus ojos, brillando en la penumbra
de una cortina de cabellos.
Tu latir,
agitado y exhausto,
a bocanadas consume el aire
que hace instantes compartimos.
La pared de tu vientre,
aún cimbreante entre el arpa
de tus caderas.
Acompasada con mis manos,
adormecida por mil besos.
Abiertos mis poros
respirando a ti.
Ansiando tu cielo
esperando tu abril.

martes, 4 de septiembre de 2007

Nunca más

Nunca más,
un despertar tan dichoso.
Ni una noche tan ciega,
imposible de iluminar
con ausencia.
Nunca otro mar,
ni otras islas sin tu vela.
Qué fácil naufragar
con tan poco,
y por tanto,
sin ella.

lunes, 30 de abril de 2007

Entre mil piernas
buscando tu falda,
entretanto, entre tantas,...
enamorando a tontas y a locas,
buscando otra como tú
aunque ya quedan pocas.

Besos sin carne
con sabor a carmín,
sobras de amarte
restos de vivir.

Repitiendo tu falta...
en un olvido
vuelve tu nombre
y yo lo llamo nostalgia.

domingo, 8 de abril de 2007

Adivina, adivinanza…

Adivina, adivinanza… Cada noche reina en la cama; cada día, prende la mañana. Media vida la pasé buscando y toda entera amandote. ¿?
Qué fue de la primavera,
que no llega...

Qué fue de mi espera,
madura de paciencia,
manida de ausencia.

Que se fué aquella luz ciega
sin cerrar la puerta,
negando su ceguera
y hoy mi primavera.

XXV

Llegó la noche y te tuviste que ir.
Te fuiste de risas.
Sin saber que te esperaría
en ronca voz de sollozo constante.

Mala rienda es la noche
para el caballo desbocado;
mala consejera
para el equivocado;
un balcón con vistas
para el desesperado;
hambre con ganas de comer
para el desmayado.
Hombre buscando mujer,
demonio gozando pecado.

Bebiendo del dulce licor insaciante
que fermenta en tu vientre
un veneno contra mariposas
y el eco de tu risa
retronando en mi mente.
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