Nunca más,
un despertar tan dichoso.
Ni una noche tan ciega,
imposible de iluminar
con ausencia.
Nunca otro mar,
ni otras islas sin tu vela.
Qué fácil naufragar
con tan poco,
y por tanto,
sin ella.
martes, 4 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario